¿Acudir a un arquitecto o contratar un coordinador de gremios?

A la hora de ejecutar una obra lo primero que debemos tener claro es: ¿cuándo es necesaria la intervención de un arquitecto? Para ello basta con preguntar en el ayuntamiento de la localidad donde vamos a realizar las obras, consultar en el colegio de arquitectos de la zona o bien llamar a un arquitecto y plantear vuestras cuestiones. Una llamada para una consulta no cuesta nada y os puede ahorrar mucho dinero y sobre todo preocupaciones.

El arquitecto ajeno a una empresa elaborará un proyecto con el fin de presentarlo a distintas empresas para que estas hagan sus ofertas y así buscar el mejor postor.  Además no permitirá cambios en el proyecto si no se justifican con una mejora de calidades que favorezca al cliente. Resumiendo, un arquitecto ajeno, contratado por el cliente final, será quien le represente y defienda sus intereses cara a la empresa constructora.

Una empresa constructora o coordinadora de gremios que cuente con arquitectos no facilitará planos ni realizará un presupuesto suficientemente detallado para la comparación con otras empresas si no ha atado el contrato de antemano. La empresa tendrá vía libre para la realización de cambios en el proyecto si estos le favorecen económicamente aun sin repercutir en mejoras en cuanto a calidad o beneficio económico al cliente.

Esta claro que nadie regala nada, por lo que no debemos dejarnos llevar por frases como «el proyecto del arquitecto está incluido en el precio que da la constructora». Si como clientes entregáis un proyecto de ejecución a una constructora os harán oferta de la ejecución de las obras, si no lo hacéis, cobrarán ese proyecto de un modo u otro.

¿Qué es el presupuesto de obra de un arquitecto?

El presupuesto de obra de un arquitecto es el precio que estima el arquitecto debería costar la ejecución de las obras. Dicho presupuesto se realiza siempre basado en tablas de baremos de precios de construcción actualizadas. Contiene: la descripción de los materiales junto con trabajo a realizar; precios individuales;  y mediciones de cada partida. Este se elabora con el fin de que distintas empresas oferten un precio final de una misma obra.

A veces el arquitecto puede incluir un presupuesto real de alguna empresa que se ajuste al proyecto, pero siempre de tal manera que se pueda comparar con otras empresas.